Midinette porteña

Letra de Eugenio Cárdenas
Música de Arturo Tavarozzi

Intérprete: Carlos Gardel («Vida y obra»,
cassette ODEON-EMI 44583/5, vol. 3).

Midinette, que trabajas todo el año,
dulce consuelo, y honra de tu hogar,
ten cuidado, paloma codiciada,
que muchos gavilanes
te acechan sin cesar;
cuando escuchen mil mentiras tus oídos
de los que visten cual maniquí «vivant»,
midinette, son frases estudiadas
que han de decirte aquellos
que asediándote están.

Nunca te mires, en el quebrado espejo
de la que sufre, creyendo que es gozar,
vestir de seda el cuerpo que ha vendido,
lucirte en auto, bailar y trasnochar;
jamás te apene tu condición humilde,
porque en tus ojos que siempre yo admiré,
se asoma un alma que tiene algo de templo,
y sacrilegio, como en el cabaret.

Midinette, que trabajas todo el año,
tu madre reza porque seas feliz,
y a Dios ruega que ampare del peligro
que sigue a las hermosas,
peligro de un desliz;
no te olvides que el mundo no perdona,
sólo una madre tiene esa virtud,
y si muere de pena por tu culpa,
¿quién te dará consuelo?
¡tan sólo el ataúd!