Un tal caín

Letra de Homero Expósito
Letra de Armando Carrera
Música de Virgilio Expósito

«Primero en la selección del Concurso de la Municipalidad de Buenos
Aires, fue eliminado por ‘falta de residencia’ de uno de los autores.
Legalmente, Enrique Santos Discépolo, que había muerto, no tenía
residencia legal, aunque fisicamente jamás se lo podrán sacar de
encima, ya que es parte del humus que le da de comer a la posteridad
de nuestro pais» (Homero Expósito). El concurso fue ganado por ‘Hasta
el último tren’, con versos de Julio Camilloni y Julio Ahumada, en
competencia con ‘Balada para un loco’ de Ferrer y Piazzolla. «Mi gran
amigo Enrique Pichon Riviere -agrega Homero Expósito- me llamó para
entregarme un original inconcluso de Discépolo, cuyo titulo
‘Fratelanza’ (Hermano punga) nosotros cambiamos por ‘Un tal Caín’, que
entendíamos tiene la misma significación. En el último cumpleaños de
Pichon Riviere, yo le dediqué públicamente la obra en el Teatro Sha,
en una típica reunión de psicolotudos.»

Me pidió una escalera prestada
pa’ subir hasta donde llegó.
Cuando estuvo afirmao en el techo
me dio una patada en la jeta y rajó.

Yo estaba en la bolsa royendo costuras
y él en la pomada de la transfusión;
y yo tengo tres glóbulos rojos,
y ojo! uno de ellos en observación.

Lo encontré por Corrientes
– masticando tornillos!-
con un frío feroz.
Me lloró el folletín de los tanos,
le compré calzoncillos,
me dijo: «Hermano…»
Yo le di mi anillo
y nos fuimos pa’ casa los dos.

Mi mujer y mi hermana lo hartaron,
pa’ mi vieja fue el hijo mejor.
Yo dormí en la cocina tirado
y él durmió en la pieza con calentador.

Todo el inventario nos piantó completo,
pero Dios castiga con justa razón!
De los glóbulos rojos que tengo
se llevó el celeste con la observación.