Tango criollo (poema)

Letra de Héctor Negro

En un rincón de América del Sur.
Entre una pampa de agua y una pampa cierta.
Mezcla de barro y sed, brasas y broncas,
ecos de guitarreadas y epopeyas bravías
y anchas huellas de carros alargándose.
Desde milongas de galope largo
y tambores morenos
que se quebraron contra las tormentas.
Desde corraloneras mateadas canturreadas.

Vino un viento caliente de habaneras.
Un requiebro andaluz y mandolinas.
Un violín de cigarras con crepúsculos.
Cordajes de raíces como vuelos.
Gaucho en huida, indio aniquilado.
Negros entrometiéndose como de sobrevida.
Una criolla vigilia arremangada
por caseríos sin luz, charcos con una misma luna.
Nieblas de aldea rumorosa con añoranza gringa.
Cayó canyengue el cuerpo sobre el ritmo
y hubo que inventar algo así como un lenguaje.
Fue milongón de hondo visteo.
Fue dibujo en el aire por pasión de cuchillo.
Trenzó de danza chinas y compadres,
fatigando baldosas y ladrillos.
Garabato en la tierra la alpaargata.
Botín fugando barro de floreo.
Vereda salpicada de organito.

Pulmón de bandoneón por rrespirarlo.
Flauta trazando el mono del silbido.
Quejunbrosa señal por andurriales.
Ya no era habanera ni tanguillo.
Ya minga de milonga y sin candombe.
Fue tango, tango criollo y clandestino.
Del río de la Plata y un tumulto.
Porteño de la Aldea y con alarde.
Algo de pampa se enredó en su ovillo.
Tango de aquí, que fue por fin parido
en un rincón de América del Sur.
Yuyo de orilla y flor de conventillo.
Como capricho de este Buenos Aires
que le dió pasaporte de argentino.

Que vino desde abajo y voló alto.
Que dió la vuelta al mundo y fue testigo
del siglo que llegaba y puso voces
para doblar, cantando, el nuevo siglo.

Como lo ven, como lo oyen.
Medio como sobrando en este sitio.
Pariente pobre donde la gilada
cambió el idioma y se vistió distinto.
Un poco en la trastienda del asunto.
Avergonzalo como padre gringo.
Paria y pobre, deschave del pasado
que hay que esconder (y el limbo del exilio),
para que puedan ver su origen,
para que puedan descubrirlo.

Para que los que tallan en su cuna
le perdonen
tener eso de morocho y argentino.