Que me quiten lo bailao

Mano abierta con los hombres,
querendón con las mujeres,
tengo dos pasiones bravas:
el tapete y el champán.
Berretín con la milonga,
metejón con los placeres,
unas veces ando pato
y otras veces soy bacán.

Qué querés que le haga, hermano,
si es regalo del destino!
El afán de ahorrar dinero
nunca ha sido mi virtud.
Me electrizan las burbujas
y los ojos femeninos
desde aquellos dulces días
de mi alegre juventud.

Pero yo no me arrepiento
de aquellos lindos momentos
que en la vida disfruté.
Tuve todo lo que quise
y hasta lo que yo no quise,
la cuestión que disfruté.
Mi conducta fue serena,
yo fui pródigo en la buena
y en la mala me encogí.
Fui magnate y vagabundo
y hoy lo sobro tanto al mundo
que le puedo dar changüí.

Si unas manos me fallaron,
otras fueron más cordiales.
Unos besos fueron dulces
y otras bocas como hiel.
Pero siempre tuve agallas
pa’ capear los temporales,
y de lobo entre los zorros
al pasar hice cartel.

Qué querés que le haga, hermano,
si nací pa’ morir pobre,
con un pucho entre los labios
y en un tango entreverau.
Juego, canto, bailo, río,
y aunque no me quede un cobre,
al llegar la última hora,
que me quiten lo bailao.