Mi pingo

Letra de M. Roméro
Música de M. Jovés

Cantada con gran éxito en la obra «La Copa de oro» en el Teatro Porteño.

Era una centella mi pingo
mi precioso alazán.
En mi corazón su recuerdo
para siempre estará.
¡Oh, mi parejero invencible!
Era imponente tu brazada;
nadie resistió aquel terrible
empuje de tu atropellada.
Hoy lloro por ti, noble «crack»,
mi precioso alazán.
Ella acarició con su manita enguantada tu pelo;
ela te besó
y te miró con sus ojos de cielo.
¡Como me engañó
con sus caricias también la perjura!
Solos nos dejó
con nuestra pena y nuestra amargura.
¡Como te envidié
cuando la muerte dobló tu cabeza!
Ya te fuistes vos
y ahora yo debo llorar por los dos.
Desde que se fué mi querida
para vos fué mi amor,
y se fué serrando mi herida
y pasó mi dolor.
Pero aquella tarde madita
cuando pegaste la rodada,
cuando te vi muerto en la pista,
mi alma sentí que se quedaba.
Y ahora lloro siempre mi «crack»,
a mi noble alazán.