Martingala

Letra de Miguel Bucino
Música de Miguel Bucino

Suegrito, querido tata,
le habla su yerno el doctor
desde el hotel «Gran Señor»
dondé paro en Mar del Plata.
El asunto es que se trata
de un compromiso de honor
me jugué entero a un color
y el muy lavido y traidor
no quiso darse ni vino
y van a embargarme el fol.
¡Ay, ya me veo a pie a Buenos Aires!

La cosa fue porque Lala,
su hija menor y Pirula
me arrastraron a la rula
en base a una martingala.
Un montón de oro la sala
había, viejo, que verla
y las fichas ver barrerla
le aseguro sin engaño
que ese fue el más lindo baño
que nos dimos en el mar.

Y mire que mi vieja me dijo,
«Andá a veranear a La Salada,
que Mar del Plata no es paŽvos, cartón»
Ahora estamos varados,
sin tener para el hotel
esperando el giro aquel
que le pedí días pasados.
¿Usted no vende al contado ladrillos, cal y cemento, bla, bla, bla?
Pongáse en buen sentimiento, viejo
Piense un poco en mi apellido
que va a quedar malherido, jo, jo, jo.
Por que aquí hace falta vento,
no estamos en la pensión de la albóndiga embrujada, viejo.

Acuérdese del adagio,
DaleŽ morfiaŽl que está hambriento.
Crea en arrepentimiento.
Salvenos de este naufragio
mucha bronca mi presagio,
pensarlo solo da horror.
Cuando volvamos, señor,
lo comeremos a besos,
mandeme veinte mil pesos.
(Mandemelos viejo, mire,
si no se los devuelvo yo se los devuelve
Pontier que tiene más guita que Canaro)
es una deuda de honor.