Llovizna (poema)

Letra de Enrique Cadícamo

El curda fuma un faso, solitario
en la mesa de un bar de la ribera,
envuelto en una verde luz de acuario
que manda la llovizna desde afuera.

La copa de aguardiente lo emborracha
y en la noche sin fondo de su vaso
ve siempre reflejada una muchacha
que quisiera borrarla de un balazo.

Ella se burla riendo en el reencuentro,
él, borracho, la mira dulcemente,
llena otra copa más con ella adentro
y se bebe la imagen lentamente.