Justicia criolla (tango)

Letra de Francisco Brancatti
Música de Rafael Iriarte
Compuesto en 1926

Francisco Brancatti y Rafael Iriarte lo dedicaron al famoso jefe de
investigaciones Eduardo L. Santiago. Perteneció al repertorio de
algunos cantores criollos, como Ignacio Corsini, quien lo grabó en
1926. El mismo año las orquestas de Francisco Canaro y de Francisco
Lomuto grabaron versiones sin canto.

Han venido a prenderme? Ya estoy listo:
la cárcel a los hombres no hace mal.
Aquí me tienen! Yo no me resisto!
Estoy vengado! Soy el criminal!
Al fin pude ahogar mis hondas penas!
Que importa de las otras que vendrán!…
Yo no he de lamentar mis horas buenas;
las malas, como vienen ya se irán.

Antes, permitan que estampe
un beso a mi pobre hijita,
que ha quedado huerfanita
en el seno del hogar.
Venga un abrazo, mi nena!
Quédese con la vecina;
su padre va hasta la esquina…
Prontito ha de regresar.

Vamos, pronto, oficial!… Y no se asombre
del llanto que en mis ojos usted ve!
He dicho que es la cárcel para el hombre,
y allí voy, aunque en ella moriré!…
Es que pienso en este angel que yo dejo
y mis lágrimas vierto sin querer!
Por lo demás; ya digo, mi pellejo
bien se que poco y nada ha de valer.

Mañana, cuando ella, moza,
sepa el final de la madre,
que no piense que fue el padre
un borracho, un criminal! …
Diganle que yo la he muerto
porque fue una libertina:
Haga el favor, mi vecina!…
Vamos, señor oficial!