El último orillero

Letra de Alberto Peyrano
Música de Mireya

I

Lo vi pasar callado, muy triste y silencioso,
llevando en sus arrugas la pena de vivir,
miraba con desgano los cambios tumultuosos
de una ciudad cansada, a punto de morir.
Cien patios desfilaban por su mente agobiada,
como aquél de una Laura que yo no conocí,
donde bailaban naifas milongas desgastadas,
mezclando en sus quebradas el percal y el carmín.

II

El tango le cantó
mil estrofas con su fueye,
y en esta Buenos Aires ya sin tiempo
perdió también el Plata
sus viejos muelles.
Se fue el último orillero,
perdido en la nostalgia de un camino,
acuarela desluciada de un destino,
vuelo errante de un pájaro sin voz.

I (Bis)

Alumbraban las luces el surco de una herida:
el precio de una vida -un premio duro y cruel.
Buscaban incoherentes sus ojos ya sin vida
un arrabal de guapos, un tango del ayer.
Lo saludaron sólo los malevos impresos
en una vieja estampa de un nocturno almacén.
Bajó triste los ojos, dijo adiós al progreso,
y se perdió en la noche de un tiempo que se fue.