Boliche el cuco

Letra de Atilio Supparo
Música de Manuel Acosta

Milonga

Interprete: Jorge Vidal
«Querida Calle Corrientes» l.p.odeon -c.m. 4058

En un barrio que es eden, de jugadores, se entiende,
donde la luz que se prende, es a puro kerosen,
han abierto un almacen, que lleva el nombre del «cuco»,
de tarde se juega al truco, de noche al monte con puerta,
y si alguno grita!meta!, le encajan el mameluco.
Alli, hay borrachos de sueño, borrachos porque han bebido,
borrachos porque han perdido y hasta borracho es el dueño.
Un agente madrileño, que esta de «esparo» en la esquina,
todas las noches empina, su medio litro e trapiche,
y permite en el boliche, la jugada clandestina.
Con la nariz colorada, por el soberbio peludo,
lanza un «tano» un estirnudo, como una bomba granada,
la terrible salpicada, voltea un vaso de vino.
Mientras que el «tano» cochino, que se haya tan mamadazo,
intenta limpiarse el «naso» y limpia la del vecino.
Se armo la bronca completa y por no pasar por giles,
apagaron los candiles, la barra de la limeta,
anduvieron meta y meta, sacaron bufo y filosa,
total, no paso gran cosa, en cana mandaron ocho,
al hospital treinta y ocho y siete otarios al pozo.
Todo es clama alrededor, espiante de jugadores,
almacen sin pasadores, sin luz en el interior,
de pronto de un corredor, sale un hombre de repente,
saben quien era?, el agente, que más mamao que un aljibe,
le pega un!alto, quien vive!, a un buzon que estaba en frente.