Apologia tanguera II

Letra de Enrique Cadícamo
Música de Rosita Quiroga

Variación publicada por Héctor Negro en 1996
Las otras estrofas son casi idénticas a las de la versión de 1933.

Tango rante, tu emoción
es el alma del suburbio,
para vos, el verso turbio
de mi parda inspiración,
te lucís con tu pintón
y en cualquier baile orillero
sos un símbolo canero
que entra taconeando fuerte,
sos la risa, y sos la muerte,
vestida de Milonguero.

Sos entre el camandulaje
un cacho de mala suerte,
sos el barbijo de muerte
que rubrica el sabalaje.
Sos el alma del chusmaje
metida en un bandoneón,
sos la furca, la traición,
el piropo y el chamuyo,
y sos una flor de yuyo
que perfuma el corazón.

Sos el lamento tristón
que amarrocando sentidos,
te metes por los oídos
y escarbas el corazón.
Sos el requiem compadrón,
el que gimio alla en París,
con tu canyengue, me oís?
Vos fuiste el fiero remache
que hizo temblar al apache
y llorar a las Mimís.

Tango lindo que se estira
en un bandola atorrante
y que sale agonizante
mientras se baila y se aspira.
Tango! Sos como un tira
de prepotencia y de mal,
sos lágrima y delantal,
sos farolito de esquina
y sos tristeza de mina
que se clava en un puñal.