Alas de oro (vals)

Letra de José Scarpino
Música de Alejandro Scarpino
Compuesto en 1929

Editorial Perrotti

Mi cariñosa madre, tesoro tan divino,
el viaje sin retorno la pobre ya emprendió…
Al soplo prematuro fatal de su destino
plegó sus alas mustias y desapareció…
En mi amargura gimo, sabiendote tan lejos
y juro madrecita que siempre he de evocar
la antorcha milagrosa de todos tus consejos
que en mi camino largo me supo iluminar.

La alcoba de los nuestros
hoy se halla ensombrecida
hay un mutismo extraño
que embarga nuestro ser.
Y en mi hondo desconcierto
me digo sollozando,
¿Adónde fuistes, madre,
para no verte más?

Tu imagen madre mía
la llevo en mi memoria
y en mis horas de angustia
te lloro con dolor.
Al rezar mi plegaria,
te pido, madre mía,
que desde el otro mundo
me dés tu bendición.

Allá sobre la tierra que guarda tus despojos
adornaré con flores la lúgubre mansión
y en mi dolor inmenso te llorarán mis ojos
y te alzará mi alma su fúnebre oración.
Por todas tus virtudes, oh madre idolatrada,
por tus benditas canas que siempre respeté
por toda la ternura que había en tu mirada
jamás un solo instante de tí me olvidaré