Doblando el codo

Letra de Manuel Mañueco
Música de Eduardo Del Piano

Grabado en 1954 por José Basso cantando Rodolfo Gale y por Ángel Vargas
acompañado por Armando Lacava.

Hoy el libro de mi vida va quedandose sin hojas
y sin pena resignado se que pronto he de morir,
hay un algo que me dice que ya estoy sobre la hora
y yo quiero francamente confesarle mi sentir.
No me importa que comenten lo que he sido en el pasado,
porque se que mi conciencia no me puede reprochar,
p ál amigol fui un amigo, para muchos un hermano
y en las cartas de la vida me jugué sin titubear.

Respeté, me respetarom, fuí derecho
en las malas y en las buenas,
nunca tuve una agachada, fuí leal de corazón.
Hasta un mango me ha faltado, muchas noches
y las penas me han sobrado, yo conozco la amargura
de faltarme pa comer, un cacho e pan.

Las mujeres que cruzaron el jardín de mi existencia
y a su paso destrozaron con su engaño mi ilusión
solo hastío me dejaron, y hoy me dice la experiencia
que el amor de nada sirve sin calor de corazón.
Yo no quiero que me lloren, pero el día que me muera
solo quiero que me arrulle con su canto un bandoneón,
que me pongan en las manos el retrato de mi vieja
pa llevarmelo conmigo hasta el último rincón.